La jornada reflexiva para los estudiantes de IV medio es una actividad anual de
gran significado, que busca ser una instancia profunda en la cual se aborda el
cierre de su etapa escolar. Además de ser un momento para divertirse y compartir
con sus compañeros y profesores, la actividad también tiene como objetivo que los
estudiantes consideren aspectos sobre su paso por el colegio y lo que ha
significado para ellos esta etapa.
Este año, la jornada se llevó a cabo el miércoles 30 de octubre en una parcela ubicada en Camino Lonquén, a la que los estudiantes y docentes fueron trasladados en buses. Al llegar, los recibieron con un delicioso desayuno, tras lo cual se instalaron y comenzaron con
una actividad de integración llamada “Dibujo a ciegas”. En esta dinámica, los estudiantes trabajaron en equipo, comunicándose entre ellos sin poder ver lo que dibujaban, lo que generó muchas risas y favoreció la cooperación.
Después de la actividad, los estudiantes tuvieron tiempo para disfrutar de diversas actividades recreativas: jugar a la pelota, tomar sol, meterse en la piscina, saltar en la cama elástica, entre otras. Tras un merecido descanso y diversión, llegó la hora del almuerzo. Al finalizar este, comenzó la parte más reflexiva de la jornada.
Se dividió a los estudiantes por curso, formando círculos para realizar las actividades reflexivas preparadas. La primera actividad, “Hilo del agradecimiento”,fue especialmente emotiva. En ella, a cada estudiante se le entregaron pulseras de tres colores distintos, cada uno con un significado específico. El color rojo representaba el agradecimiento, y los estudiantes debían entregar la pulsera roja a alguien a quien agradecian por algo, ya sea por su amistad, apoyo o escucha. Fue conmovedor ver cómo muchos estudiantes eligieron agradecer a sus compañeros y profesores, reconociendo la importancia de esas relaciones.
Además, en esta actividad se les planteó un pensamiento crítico sobre el
significado de pertenecer a su curso y lo que habían aprendido al ser parte de él.
Este ejercicio promovió un profundo pensamiento sobre el valor de la comunidad
escolar.
La siguiente actividad fue “Mini Me”, en la que los estudiantes recibieron sobres
con fotos de su infancia. El objetivo era que escribieran una carta a su yo más
joven, donde pudieran expresar agradecimientos o simplemente palabras de
aliento a ese pequeño niño. Esta actividad permitió a los estudiantes conectar con
su pasado y reflexionar sobre su crecimiento personal.
Finalmente, la jornada terminó con la actividad “Recorriendo mi paso por el
colegio”, en la que los estudiantes tuvieron la oportunidad de escribir cartas a personas que tuvieron un impacto positivo en su vida escolar, como profesores, apoderados o compañeros. Esta actividad promovió una reflexión sobre los hitos y experiencias que marcaron su paso por el colegio y permitió a los estudiantes reconocer el apoyo recibido a lo largo de los años.
En resumen, la jornada fue una experiencia significativa para los estudiantes y
docentes, ya que, aunque fue un momento de esparcimiento y diversión, también
ofreció oportunidades para pensar sobre el fin de una etapa importante en la vida
escolar. Fue una jornada que promovió la reflexión, el agradecimiento y el
reconocimiento de los logros alcanzados a lo largo de los años.